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LA FRASE DE LA SEMANA:

Frase semanal de MOTIVACION

Tanto tú, como cualquier otra persona en el universo, merecen amor y afecto. Buddha.

Los Tres Ancianos | Cuento

No recuerdo cuándo, dónde, ni quién, sólo recuerdo que cuándo era estudiante, entre los 14 y los 17 años y es muy probable que lo haya escuchado en el bachillerato, la cuestión es que alguien, en alguna ocasión, me contó la historia de los tres ancianos. Y tiempo después me enteré de que es un cuento anónimo y entendí la gran moraleja que trae consigo este cuento. Y me gustaría, de ser posible, que me dejes un comentario con tu propia reflexión acerca del cuento de los tres ancianos. Después de la lectura del cuento, yo te dejaré mi reflexión.

Los Tres Ancianos.

Una mujer salio de su casa y vio a tres ancianos de barbas largas sentados frente a su jardín. Como no los conocía, les dijo:

No creo conocerlos, pero tal vez tengan hambre. Por favor entren a mi casa y coman algo.

Ellos preguntaron:

¿Esta el hombre de la casa?

No, respondió ella, no esta.

Entonces no podemos entrar, dijeron ellos.

Al atardecer, cuando llego el marido, la mujer le contó lo sucedido y el dijo:

¡Diles que he llegado e invítalos a pasar!

La mujer salio a invitar a los hombres a entrar en su casa.

No podemos pasar los tres juntos, explicaron los ancianos.

¿Por que?, quiso saber ella.

En ese momento, uno de los hombres señalo hacia los otros dos y dijo:

El se llama Riqueza y el Éxito. Mi nombre es Amor. Entra y decide con tu marido a cual de nosotros tres desean invitar.

La mujer entro a su casa y le repitió la historia a su marido. El hombre se puso feliz.

¡Que bueno! Ya que así es el asunto, invitemos a Riqueza. Dejemos que entre y llene nuestro hogar de abundancia.

La esposa no estuvo de acuerdo.

Querido, ¿por que no invitamos a Éxito?

La hija del matrimonio, que estaba escuchando la conversación desde la otra punta de la casa, vino corriendo con una idea:

¿No seria mejor invitar a Amor? Entonces nuestro hogar estaría lleno de amor.

Hagámosle caso a nuestra hija, dijo el esposo a su mujer. Ve e invita a Amor a que sea nuestro huésped.

La esposa salio y les pregunto a los ancianos:

¿Cual de ustedes es Amor? Deseamos que el sea nuestro invitado.

Amor se puso de pie y comenzó a caminar hacia la casa. Los otros dos ancianos se levantaron y lo siguieron. Sorprendida, la mujer les pregunto:

Solo invite a Amor. Por que vienen ustedes también?.

Los ancianos respondieron al unisono:

Si hubieras invitado a Riqueza o Éxito, los otros dos hubiesen permanecido afuera. Pero invitaste a Amor, y donde sea que vaya Amor, nosotros vamos con el. Donde hay amor, hay riqueza y éxito.


Yo pienso que el éxito, la abundancia, la riqueza, la prosperidad, todo eso llega en su momento sólo debemos ser pacientes y saber esperar. Y no me refiero a que nos sentemos a esperar que las cosas se den solas, no, no; lo que quiero decir es que continuemos con nuestras vidas sin atorarnos en el pasado ni viendo hacia el futuro. Lo que digo es que vivamos ahora mismo y no en nuestros recuerdos o preocupados por lo que vendrá. Los seres humanos tenemos la capacidad de atraer lo que queremos, pero si vivimos en el pasado, estaremos atrayendo más situaciones como las que ya pasamos. Por otro lado si solo pensamos en lo que vendrá debemos tomar en cuenta que solamente estaremos perdiendo el tiempo, y con ninguno de estos pensamientos lograremos crecer y conquistar lo que queremos o buscamos.

Debes pensar en que ya lograste todo, simplemente en la fecundación, tuviste éxito ante millones de espermatozoides que competieron para fecundar el óvulo, lograste obtener el éxito pues tu llegaste en primer lugar.

Después en tu desarrollo dentro del vientre materno ya obtuviste abundancia pues lograste llegar al mundo y en ese momento obtienes la riqueza pues ya eres millonario porque tienes millones y millones de minutos en tiempo para desarrollarte y entonces obtienes la prosperidad.

Y si todo esto lo haces abriendo tu corazón y confiando en que (la naturaleza, el universo, la energía, Dios, como sea que tu lo llames o lo sientas), para no meternos en controversias lo llamaremos amor, y él siempre, pero siempre, nos da lo que necesitamos en el momento justo, ni antes ni después, pero siempre llega.


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Domina Tu Miedo al Hablar en Público | Practica Estos sencillos Pasos

Muchos de nosotros hemos tenido malas experiencias al hablar en público y para otros, fue tal el suceso, que los sigue atando y no logran expresarse con fluidez. ¿Cuál es tu actitud cuando algo sale mal en tu exposición? Si se cometió un error, es hora de superarlo y seguir adelante. No está mal cometer errores, lo que si está pero muy mal es cometer errores y no aprender de ellos. No tengas miedo de que en algún momento puedas cometer un error, así es como acumularás más experiencia hablando en público o como orador. Si esto es así no te condenes a ti mismo, acéptalo rápida y enfáticamente, y aprende de ello. Todo depende, no tanto del error en si sino más bien de la siguiente pregunta: ¿Cómo tomas los errores? Se sincero, toma unos minutos para contestar esta pregunta, sólo para ti, continua leyendo. Aprende y aplica los siguientes consejos al hablar en público.

Utiliza la respiración profunda para aliviar los nervios. Una buena técnica, cuando se trata de hablar en público es hacer uso de la respiración pero profundamente. Esto te ayudará a estar más relajado y a desvanecer los nervios. Respirar de forma profunda hace que nuestro cerebro se llene de oxígeno, despeja nuestras ideas y nos permite pensar mejor. Muchas veces las personas reconocen saber muy bien la materia o el contenido a exponer pero los nervios producen un bloqueo mental. Evita esto respirando de la forma adecuada, respira de tal manera que se pueda apreciar un movimiento en tu abdomen.

Enfócate en el contenido mismo de la presentación. Centra tu energía en que tu público esté verdaderamente captando tu mensaje. Debes introducir tu mente en el contenido mismo de la presentación. Si te enfocas en ello, fácilmente te olvidarás de los nervios y hasta del hecho de hablar en público. Ya no pienses en: “Estoy hablando en público y todo me ven”. Si te centras en tu mensaje y en que éste sea comprendido por tu audiencia, ni siquiera te acordarás que efectivamente estás hablando en público. Por esa razón es necesario sentir pasión por nuestro tema a presentar.

Se sincero, simple, auténtico y transparente. Exprésate ante el público tal y como eres, no trates de asumir una posición que no va contigo. Siempre respetando las normas, según el lugar y la ocasión a donde corresponda tu presentación. No trates de ser otra persona, ¡SE TU MISMO! Una cosa, es aprender de los más experimentados para implementarlo en tus exposiciones, y otra cosa es querer ser esa otra persona. Como bien se ha demostrado muchas veces, los mejores oradores son los que actúan y se desenvuelven con naturalidad ante las demás personas. Nunca trates de buscar la aprobación de los demás para sentirte bien. De hecho en algunas ocasiones deberemos hablar ante un público el cual, desde un inicio sabemos que, posee ideas contrarias a las nuestras

Enfrenta a tu miedo. El miedo es una defensa natural, la cual nos ayuda a defendernos como seres vivos. Nos sirve para defendernos de cualquier amenaza externa que pueda significar un peligro para nuestra vida. Como bien sabemos, hablar en público no significa un peligro real que valla en contra de nuestra vida, sin embargo el miedo en esas condiciones se activa por dos razones: Porque nos enfrentamos a algo nuevo o porque tenemos miedo a hacer el ridículo. Peses a esto, sucede algo especial con el miedo. Cuando el ser humano se expone repetidas veces a una misma situación aunque esta le haya provocado miedo, en un principio, este se llega a perder. Si se repite el evento, cada vez nos daremos cuenta de que tal situación no significa un peligro real por lo tanto el miedo es injustificado. Esto sucede también con la actividad de hablar en público, de hecho cada vez que lo hacemos bien se convierte en una sensación de placer y de agrado. Cada experiencia positiva cuando hablamos en público va quedando en nuestra mente. De esta manera un evento el cual en un principio percibíamos como negativo se convierte en una actividad a la cual le encontramos el gusto.

Habla en publico. Pero, ¿qué hacer para dominar el miedo al hablar en público? ENFRENTAR AL MIEDO. Ponte de pie y empieza a hablar en público aunque tengas miedo. ¡HAZLO, HABLA EN PUBLICO! La mejor manera de derribar el miedo y hasta la fobia de hablar en público es igual a vencer cualquier otro miedo, enfrentándolo. Recuerda cuando aprendiste a andar en bicicleta o cuando aprendiste a patinar y lo que sufriste al subirte a una patineta, simplemente recuerda cualquier cosa que te dio miedo en tu infancia y lo superaste, con el pasar del tiempo te diste cuenta como el miedo empezaba a disminuir hasta que lo controlaste.

Cuando hables en público, hazlo con pasión y de un tema que domines y que le interesa a la gente. Interactúa con tu audiencia haciendo preguntas abiertas, con buen humor y anécdotas agradables. Algo de suma importancia es que seas tu mismo y por favor no leas en público, pues eso no es nada agradable. Los gestos valen más que mil palabras recuerda que los ojos son los que controlan el auditorio. Mantén el cuerpo erguido y las manos sueltas, muévete y maneja todos los espacios. Empieza con mucho impacto y termina tu platica con un impacto mayor. Sólo una cosa más te sugiero que, si no los dominas, trates de evitar los temas de mayor polémica en el auditorio, como: religión, política, sexo y deportes.


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